Incienso Japones Karin Moonlit Night
El incienso Élan vers la Lune representa el encanto del saber hacer tradicional y de toda la cultura olfativa.
La esencia misma de estos palitos, las flores de daphne, la flor de los poetas, se abren a la creatividad y aportan frescura.
La gama de inciensos Karin es la expresión del conocimiento y las tradiciones japonesas. Los aromas cristalinos que emanan de las barritas transmiten todo el refinamiento y la elegancia de la cultura japonesa.
Contenido: +/-40 varillas x 30 min + 1 porta incienso
Humo: poco
Composiciones: Madera natural y polvos vegetales, hierbas
Estilos: Aroma verde y floral.
Propiedades: Estimulante
Ideal Para: sala de estar, el estudio, el dormitorio o el pasillo.
Método de fabricación: Pulpa de madera, plantas, aromáticos, aceites esenciales extruidos. tradición japonesa
Origen: Hecho en Japón
Avisos reglamentarios: Respetar las precauciones de uso.
Consejos de uso
Elan vers la lune promueve el trabajo de la mente, estimula la creatividad: para personas creativas, artistas, momentos fructíferos.
Más sobre ingredientes
Con notas de clavel, jazmín y jacinto realzadas con un toque especiado de clavo, Daphne odora es un arbusto delicioso, cuyas flores blancas y rosadas florecen en invierno.
Efectos / ¿por qué?
Los aromas de las flores, las notas de cabeza, vigorizan la actividad cerebral. Favorecen la aparición de recuerdos, sentimientos y estimulan la creatividad.
Historia de este incienso
Elan vers la lune es una composición poética inspirada en el "Cuento de Genji", una novela del siglo X, la época dorada del incienso en la Corte Imperial, al igual que el otro incienso de esta colección llamado Karin. Es una invitación a descubrir esta magnífica novela y este período de florecimiento de las artes y desarrollo de la cultura del olfato. Cada noble cortesano, elaboraba su perfume a base de hierbas y maderas preciosas que impregnaba sus ropas.
Palabra del sabio
“Las correspondencias entre las diversas artes gráficas, la música, el canto, el teatro, la danza, la poesía y la escritura forman espectáculos originales y fructíferos. Los olores despiertan emociones, despiertan en los espectadores y los actores espacios sensibles de comunicación para ser compartidos.